Ya hemos comentado en muchas ocasiones la importancia de poder realizar un diagnóstico precoz del cáncer de mama. Un diagnóstico temprano puede variar el tratamiento, aumentar y favorecer una mejor calidad de vida.
Las mamografías siguen siendo la mejor herramienta para la detección del cáncer de mama. Sin embargo, hay cierta confusión a la hora de saber cuándo debemos comenzar a realizarnos esta prueba.
¿Cómo funciona la mamografía?
Una mamografía es una serie de imágenes de rayos X de baja dosis de los senos. Realizar una mamografía con regularidad es el mejor método para detectar el cáncer de mama en una etapa temprana, ya que puede mostrar crecimientos en el seno u otros signos de cáncer de mama cuando son demasiado pequeños para que usted o su médico lo sientan.
¿Para qué sirve?
Podemos hablar de tres funciones de la mamografía:
- Para resolver un síntoma clínico particular relacionado con la mama: dolor no cíclico, secreción por el pezón, hinchazón, aparición de cambios en la piel de la mama o en el pezón asimetrías o aparición de “bulto”.
- Para buscar, en mujeres a partir de los 40 años y sin síntomas, signos precoces de cáncer de mama (es lo que se conoce como cribado).
- La mamografía debe realizarse, además, en mujeres con una historia familiar de cáncer de mama.
¿Cuándo debo hacerme la mamografía por primera vez?
En este sentido, deberás seguir las recomendaciones de tu médico. Como orientación general, podríamos decir que todas las mujeres deben comenzar su evaluación mamográfica a partir de los 40 años coincidiendo con su revisión ginecológica, con una periodicidad anual.
Si existen factores de riesgo conocidos, historia familiar de cáncer de mama o presencia de mutaciones genéticas conocidas, en estos casos la edad de inicio, el tipo y la periodicidad de los estudios se determinará por los especialistas implicados.
La ecografía de mama como complemento a la mamografía
La ecografía de mama es otro tipo de técnica para estudiar la mama que en muchas ocasiones se utilizará de forma complementaria a la mamografía, sobre todo en pacientes con mamas densas o que presentan hallazgos mamográficos. Es decir, son técnicas distintas y cada una tiene su utilidad en el estudio de diferentes problemas de la mama.
Dado el carácter complementario de ambas técnicas, en la mayoría de las ocasiones es recomendable hacer una ecografía mamaria inmediatamente después de hacer la mamografía, según el criterio del radiólogo que estudie las mamografías. Por este motivo, no debes preocuparte si tras la mamografía, el radiólogo te realiza una ecografía mamaria, ya que
Te recomendamos acudir al especialista cuando:
- Cambios en la coloración o aspecto de la piel de la mama, con especial atención a la aparición del aspecto de piel de naranja.
- Resaltes en la mama, hoyuelos o hundimientos de la piel o palpación de bultos que no se palpaban previamente y que persisten tras la menstruación.
- Secreción de líquido por el pezón, fijándose en el aspecto (sobre todo marrón oscuro o sanguinolento) del mismo.
- Dolor persistente que no cede tras la menstruación.
- En general, cuando aprecies cualquier cambio en sus mamas al realizar la autoexploración mensual.
¿Necesitas más información o quieres contactar con nosotros para pedir cita? Llámanos al 922 24 99 87 o escríbenos a info@centrodemama.es