Para el diagnóstico de osteoporosis, con esta prueba se suelen explorar las caderas y la zona lumbar, midiendo el contenido óseo de las vértebras L2, L3 y L4 y el cuello del fémur. El día de la prueba se puede comer normalmente pero no se debe haber tomado ningún suplemento de calcio en las 24 horas anteriores. Se recomienda acudir con ropa cómoda y evitar llevar objetos metálicos.
El paciente debe tumbarse boca arriba sobre la camilla, y permanecer relajado y lo más quieto posible. En esta posición, el escáner pasa sobre todo el cuerpo, emitiendo una radiación con dosis bajas de rayos-X. El aparato toma una radiografía en la parte baja de la columna y de la cadera, sin necesidad de desvestirse.
La realización de la técnica es rápida y no supone ninguna molestia para el paciente, salvo la necesidad de permanecer quieto durante su ejecución. Generalmente, se suele realizar densitometrías de control cada dos años para observar la evolución de la pérdida de mineral óseo y la respuesta a un tratamiento.
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